El turrón blando sin azúcar añadido de Maria Simona está elaborado siguiendo la receta tradicional, sustituyendo la miel y el azúcar.
Este pack contiene un total de 11 barras de Turrón blando sin Azúcar Añadido de Maria Simona, al precio de tan solo 9.
0% azúcares añadidos, conteniendo solo azúcares naturales.
Este turrón es apto para personas con diabetes. No contiene gluten por lo que también es apto para celíacos
Peso neto: 200 g
Duración de la conservación:
9 meses mínimo. Conservar en un lugar fresco y seco, protegido de la luz y la humedad. Una vez abierto hay que conservarlo en el frigorífico porque empieza a perder sus cualidades organolépticas; tras introducirse al frigorífico, el turrón blando sin azúcar quedará un poco más seco.
Ingredientes:
Almendras tostadas 64%, edulcorantes (jarabe de maltitol y jarabe de sorbitol), emulgente (E-471), clara de huevo y edulcorante (acesulfamo K).
Puede contener trazas de cacahuetes, avellanas y sésamo.
El uso excesivo puede resultar en efectos laxantes.
El origen del turrón de Jijona
Aunque nadie puede negar la fuerte conexión del municipio Alicantino con este dulce, originalmente era la propia ciudad de Alicante quien producía la mayor parte del turrón. El motivo de que esta pequeña localidad se volviera referente mundial en la elaboración de turrones es nada menos que una disputa legal.
En la España del siglo XVII, el comercio estaba dominado por los gremios, poderosas organizaciones con derecho exclusivo para conceder títulos y producir determinados productos. Un zapatero solo podía producir zapatos bajo la supervisión del gremio de zapateros, y un panadero no sería tal cosa sin la licencia del gremio de panaderos.
En este extraño ecosistema, nos encontramos con los maestros turroneros. Los turroneros no eran especialistas de un gremio, sino agricultores que se sacaban un dinero extra vendiendo este dulce. Esto no era del agrado del gremio de confiteros valencianos, que consideraban que los productos de miel y azúcar eran su dominio, y por ello iniciaron un juicio contra los turroneros alicantinos.
El juicio se comenzó en 1665, y la disputa continuaría a lo largo de 6 años, hasta que, en 1671, se sentenció a favor del gremio valenciano, cuyo control sobre los turroneros alicantinos hizo que la industria rápidamente desapareciera de la ciudad.
Así fue como los habitantes del pequeño municipio Sexona, la actual Jijona, tomó el testigo de la capital. Lejos de los ojos y la influencia del gremio, los artesanos locales lograron eludir la prohibición sobre el azúcar y la miel, cementándose como el hogar del auténtico turrón Español.
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